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EL GRITO

La obra más famosa de Munch

Estando en uno de los lugares más bonitos de Oslo, Edvard Munch encontró la inspiración para pintar uno de los cuadros más famosos del mundo: El grito.

El eco de El grito

“Al contrario de lo que se suele pensar, lo que grita no es la figura del cuadro, si no la propia naturaleza. Así lo declaró Munch as escribir …un grito potente e infinito a través de la naturaleza”, explica Maren Lindeberg, directora de relaciones mediáticas del MUNCH, el nuevo museo de Oslo dedicado a la vida y el trabajo de Edvard Munch.

En la rotonda de Munch hay tres versiones distintas de El grito, y cada una de ellas se expone durante una hora como parte de la colección permanente “Edvard Munch Eternal”. Se hace de esta forma para evitar que las obras se deterioren.

Munch pintó El grito, uno de los cuadros más famosos del mundo, en Niza, a finales del otoño de 1893, muy lejos del lugar que inspiró la obra, un punto del parque de esculturas de Ekebergsparken que se puede visitar en cualquier momento. Para llegar a Ekebergskrenten puedes tomar uno de los varios senderos que salen del casco antiguo, en la parte este de Oslo.

Ekebergsparken es un sitio popular debido a su restaurante modernista, su parque de esculturas y sus increíbles vistas. Desde el sendero podrás ver Oslo y su obra maestra de arquitectura, la Ópera de Oslo, el nuevo museo MUNCH y, en la distancia, el Museo de Arte Moderno Astrup Fearnley, uno de los museos de arte contemporáneo noruegos más influyentes del mundo.

Un artista como ningún otro

Grünerløkka, en Oslo, es en la actualidad uno de los barrios más populares para artistas y artesanos. Fue también aquí, en Olaf Ryes Plass, donde Edvard Munch emprendió su largo recorrido de artista en ciernes a ser conocido a nivel internacional.

Hoy en día, prácticamente todo el mundo ha oído hablar de él. Todo el mundo tiene algún tipo de relación con este pintor y su estilo tan característico. Sin embargo, muy pocos saben que era noruego.

“Esto puede deberse a varios motivos. Aparte del hecho de que vivía en Alemania en el momento en que se dio a conocer, su arte poco tiene que ver con lo noruego en el sentido de que la nacionalidad suele estar relacionada con una temática específica. No vemos, al menos de forma inmediata, presencia alguna de un vínculo afectivo con Noruega, como el que, por ejemplo, se observa en las obras de Tiedemann, Gude y otros de los grandes artistas noruegos”, comenta Hans Richard Elgheim, especialista en obras de Munch.

Hans Richard explica que Munch tenía algo diferente. “Se centraba en las cuestiones existenciales, como la vida, el amor, la muerte y la ansiedad. Era un expresionista al que le gustaba plasmar sus sentimientos directamente sobre un lienzo. No era el tipo de artista al que le importasen las corrientes o técnicas pictóricas del momento. Era un pionero, y su arte es universal”, apunta Hans Richard.

El “genio solitario”

Hay muchos mitos en torno a la figura de Munch como “genio solitario”. Su vida se vio marcada por la desgracia, la ansiedad y preguntas para las que jamás obtenía respuesta. A diferencia de su padre, Munch no halló consuelo en la fe. Lo que realmente le ayudó fue la pintura, y sus obras eran un reflejo de lo que albergaba su mente.

“Hay que poner fin a los cuadros de mujeres tejiendo y hombres leyendo. Voy a pintar personas que respiran y sienten, que aman y sufren” decía.

Desde 1916 hasta su muerte en 1944, vivió en Ekely, una villa suiza ubicada en Skøyen, Oslo. Fue un artista muy productivo casi hasta el final de sus días. Durante los 28 años que vivió en Ekely, realizó pinturas en torno a varias temáticas: el peculiar bosque que rodeaba la villa, escenarios rurales y retratos de mujeres. Había una antigua guardería en el lugar donde Munch adquirió la propiedad, entre las zonas insdustriales de Skøyen y los campos agrícolas de Vestre Aker. A apenas un par de kilómetros en dirección este, su coetáneo Gustav Vigeland se encontraba, de forma simultánea, creando la famosa instalación de Vigeland del Parque Frogner.

El estudio de Ekely de Munch sigue operativo, y lo emplean los jóvenes noruegos y extranjeros que aspiran a cogerle el relevo al gran artista, un hombre que a día de hoy sigue siendo un referente para muchos. En ocasiones, toda la propiedad abre sus puertas al público, así que no te olvides de consultar el horario de apertura si te encuentras en la ciudad.

Descubre el arte de Munch en Noruega

No es por casualidad que a Munch se le conozca como “un artista eternamente contemporáneo”. Sus obras parecen ser relevantes pese al paso de los años y continúan conmoviendo a personas de todo el mundo.

Descubre los lugares que inspiraron al artista dando un paseo por su país natal.

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